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Adornos Navideños

Gran selección de adornos para las navidades, una época muy especial para los mas pequeños pero también para todas las edades. Déjate contagiar por el espíritu de la navidad y decora tu hogar, jardín y terraza con estos adornos navideños.

Iluminación Navideña

Haz que tu casa, jardín o terraza brillen estas navidades con la gran variedad de modelos de luces, tiras de led y figuras luminosas con motivos navideños.

Figuras de Navidad

Decora todo tu hogar y exterior con estas figuras navideñas, ideales para el hogar, el portal de belén o tu jardín.

Decoración Navideña para Jardín

En algunos países las fechas navideñas se convierten una época en la que adornar e iluminar el jardín se convierte casi en una «competición» entre vecinos para ver quien tiene el jardín mas bonito, una fantástica idea que despierta la creatividad y le da un toque especial a los barrios en los que varias casas lo decoran de esta forma.

¿Has pensado alguna vez en cómo sería la Navidad sin los mágicos y tradicionales adornos navideños?

En la época navideña, nuestros hogares, balcones y jardines se visten de fiesta con los más diversos elementos ornamentales que, durante el resto del año, mantenemos bien guardados y escondidos en sus cajas.

Asimismo, pueblos y ciudades comienzan a vestirse de luces emanadas de coloridas bombillas que representan las más diversas expresiones relacionadas con el espíritu navideño. Y, junto con este espíritu, nosotros mismos comenzamos a vibrar al son de la Navidad.

Lo cierto es que detrás de ese imperante espíritu de celebración y de esos preciosos adornos, existen fantásticas historias relacionadas con fiestas paganas, leyendas y creencias populares.

¿Cuáles son los adornos navideños más tradicionales?

Sin lugar a dudas conoces los adornos navideños más característicos: el árbol de Navidad con todos sus ornamentos, el belén y las luces.

¿Pero conoces sus orígenes? A continuación, te relataremos las historias más apasionantes para que, durante tu cena de Navidad, puedas contárselas a tus seres queridos.

Historia del árbol de Navidad

Coincidirás con nosotros en que el árbol de Navidad es el rey de todos los adornos.

Su forma triangular representa a la Santísima Trinidad. El árbol tradicional es un pino o un abeto natural. Sin embargo, los que se venden de plástico son realmente preciosos y cumplen estupendamente con la función para la que han sido diseñados.

Los árboles de Navidad se decoran con diferentes ornamentos y abalorios:

Esferas o bolas de colores brillantes: simbolizan los dones de Dios sobre la tierra: ciencia, fortaleza, sabiduría, temor a Dios, consejo, piedad y entendimiento. Su brillo es sinónimo de luz. Cada esfera es una oración y sus colores no han sido elegidos al azar, sino que manifiestan una intención de la oración: las velas rojas para realizar peticiones, las azules para pedir perdón y arrepentirse, las doradas para alabar a Dios y las blancas para agradecer por los bienes obtenidos.

Estrella de Belén: precisamente la Navidad conmemora el nacimiento de Jesús y es por ello por lo que se coloca la típica estrella de Belén en la punta del árbol. La estrella de Belén tiene forma de cometa y, en la tradición cristiana, representa al astro que guio a los tres Reyes Magos de Oriente hasta el pesebre donde nació Jesucristo.

– Adornos: representan diferentes regalos de Dios a los hombres.

– Luces: en la antigüedad eran velas. Se colocan alrededor de todo el árbol y simbolizan la luz divina.

– Lazos: la teoría más firme es la de que representan la unión de la familia que se reúne alrededor de la mesa.

– Campanas: simbolizan la felicidad y las buenas noticias por el nacimiento del Niño Jesús.

– Ángeles: son los mensajeros divinos portadores de buenas nuevas. Simbolizan la bondad y la compasión.

– Manzanas: en algunos países suelen colocarse en el árbol navideño y representan la abundancia.

– Bastones: representan a la época en que los símbolos cristianos estaban prohibidos y aluden a la vara de Jesús como pastor. El bastón hacía referencia a la oración que comienza con: “Jesús es mi Pastor”, y era la forma encubierta de celebrar el nacimiento del hijo de Dios.

Significados del árbol de Navidad según las diferentes tradiciones

El árbol de Navidad tiene muchos orígenes y significados dependiendo de la religión a la que se le consulte. No obstante, el más aceptado nos habla de que tiene su nacimiento en la mitología nórdica. La mayoría de los textos coincide con que es una adaptación del árbol de la vida, también conocido como Yggdrasil.

Yggdrasil es un fresno perenne y representa la cosmovisión de los pueblos del norte de Europa. En fechas próximas a nuestra Navidad actual se celebraba la fertilidad y el nacimiento del dios Sol.

Las raíces y las ramas de Yggdrasil unen los nueve mundos: Muspellheim, Svartalfheim, Asgard, Jötunheim. Midgard, Helheim, Niflheim, Alfheim y Vanaheim. Por estos mundos pasó Odín antes de conseguir el secreto de las runas.

Dice la leyenda que, en el siglo VIII, cuando se produce la evangelización de Alemania y para terminar con la adoración a los diferentes dioses considerados paganos, San Bonifacio cortó el árbol y puso en su lugar un pino de hojas perennes. Lo adornó con velas y manzanas. Este pino representaba el amor de Dios, las velas simbolizaban la luz de Cristo y las manzanas hacían alusión al pecado original.

Los escandinavos, por su parte, representaban con su árbol la unión entre el Valhalla (el palacio de Odín) y la tierra. Una teoría bastante aceptada nos cuenta que los cristianos hicieron una versión propia de este concepto, tomando la forma triangular del abeto como el símbolo de la Santísima Trinidad.

Otra conocida leyenda nos cuenta que, en el siglo XVIII, en Inglaterra, Carlota, la bondadosa esposa del rey Jorge III colocó para disfrute de sus súbditos un árbol adornado con regalos, luces y guirnaldas en uno de los salones más grandes de su palacio.

Y, por último, te contaremos otra bonita historia que anima a realizar actos de generosidad y de bondad.

Dicen que, en una fría noche invernal, un niño pidió refugio en la casa de un anciano leñador. Este lo acogió, junto con su esposa, con gran amabilidad. Esa misma noche el niño, que no era otro que el niño Dios, se transformó en un ángel vestido de oro y recompensó la generosidad de los ancianos con una rama de pino. Les indicó que la plantasen porque no tardarían en recibir sus frutos. Para la sorpresa del matrimonio, el árbol les daba manzanas de oro y nueces de plata cada año.

Lo cierto es que no importa el significado que cada uno de nosotros le atribuyamos a nuestro querido árbol de Navidad. En líneas generales, podemos decir que simboliza el amor y la vida eterna, y constituye uno de los adornos más relevantes de nuestra decoración navideña.

El belén y las figuras de Navidad

Debajo del árbol de Navidad o a su lado no puede faltar el belén, también conocido como pesebre. Es uno de los adornos más clásicos. Tiene su origen en la Edad Media y es de gran tradición en países cristianos como España.

El belén representa una escena del nacimiento de Cristo en el establo, granero o cueva, según el evangelio de Lucas 2.7. Y como tal, contiene diversas figuras que simbolizan el Niño Jesús, la Virgen María, San José, los tres Reyes Magos de Oriente y los infaltables pastores.

Adicionalmente se le añaden mulas y bueyes, de acuerdo con el relato de los evangelios apócrifos, al libro del profeta Isaías y al Habacuc, que es el octavo libro de la Biblia hebrea y que corresponde a los doce profetas menores.

¿Pero sabes cuál es el motivo por el que ponemos un belén en Navidad?

Fue en la Nochebuena del año 1223 cuando San Francisco de Asís creó el primer belén para conmemorar el nacimiento de Jesús. Ayudado por Juan de Grecio, nueve días antes de la Navidad, celebró una misa junto al belén para todo el pueblo.

En el siglo XV, la tradición comenzó a fortalecerse y en 1465 se funda en París la primera empresa dedicada a fabricar figuras para el belén. En el año 1471 se crea en Alcorcón (Madrid) el primer taller de diseño de piezas del belén.

Con el paso del tiempo, los talleres fueron extendiéndose por toda Europa. En la actualidad existen empresas muy conocidas en España que se dedican a crear figuras con belenistas de renombre mundial. Dichas figuras se exponen tanto en hogares como en iglesias, calles, comercios, etc.

Esferas de colores para dar vida a nuestro árbol de Navidad

¿Qué es un árbol de Navidad sin el adorno de las clásicas esferas brillantes?

Las leyendas paganas utilizaban frutos de los árboles sagrados y velas para simbolizar el ciclo de la vida y la fecundidad. De estos frutos, que inicialmente eran manzanas, los cristianos extrajeron la idea y las convirtieron en el símbolo por excelencia de las tentaciones del Paraíso en las que cayeron Adán y Eva. Tentaciones, por su parte, que fueron redimidas por Cristo.

Como habrás podido imaginar, las manzanas se convertirían posteriormente en nuestras clásicas esferas brillantes.

Las guirnaldas: una protección contra la mala suerte

Por su parte, el origen de las guirnaldas antecede al nacimiento de Jesús. Los círculos de ramas secas entrelazadas con flores era uno de los adornos más típicos de los rituales paganos que se llevaban a cabo en el solsticio de invierno.

Consideradas sagradas, eran colocadas en las puertas para dar la bienvenida a los dioses y se creía que protegían de los espíritus demoníacos y de la mala suerte.

Al comienzo del cristianismo cayeron en el olvido, pero poco tiempo después comenzaron también a formar parte de la celebración de la Navidad.

El gorro de Papá Noel

Ese objeto navideño tan apreciado se utiliza como icono de la celebración y representa la mágica aparición de Santa Claus (también llamado Papá Noel o San Nicolás).

Aunque su verdadero origen es algo confuso, se le atribuye al gorro frigio, un tipo de gorro de color rojo proveniente de Asia Menor, la actual Turquía. Este accesorio formaba parte de la vestimenta tradicional religiosa y era considerado el símbolo de una diosa a la cual se le rendía culto.

Con el paso del tiempo, los ejércitos fueron adoptándolo como un símbolo de lucha y de libertad debido a que lo confundieron con el píleo, un gorro de la Roma antigua. En aquellos tiempos, a los esclavos liberados por sus dueños se les colocaba sobre la cabeza un píleo como símbolo de libertad.

Este símbolo tomó tanta fuerza que, en la actualidad, forma parte de escudos de países y ejércitos del mundo. Así es que los gorros comenzaron a popularizarse y la religión cristiana los adoptó como parte de la vestimenta de papas y santos.

De esta forma, el tradicional gorro que se utiliza en la Navidad tiene su representación en el camauro, un gorro de brillante terciopelo rojo con ribetes de armiño que utilizaban los papas para protegerse del frío en lugar del clásico solideo de color blanco.

Actualmente, hay pocos adornos que representen mejor la alegría del espíritu navideño que el gorro de Papá Noel. ¿Ya tienes el tuyo?

Dulces en la mesa navideña

Los tradicionales dulces navideños son infaltables tanto para decorar la mesa como para degustar durante la cena de Navidad.

Se ofrecen de forma vistosa en un plato y dependiendo del país, los dulces son diferentes. Entre ellos, podemos encontrar frutos secos, pasas, mazapán, polvorones, turrones, peladillas, dátiles y un largo etcétera.

Las velas: símbolo de alumbramiento

Como todo lo que se relaciona con la Navidad, las velas adquieren una gran simbología.

Representan un adorno navideño repleto de significado y, dependiendo de su color, aluden a una protección diferente:

– La vela roja atrae el amor.

– La vela azul llama a la creatividad

– La vela blanca invoca la paz y la armonía.

– La vela amarilla trae a nuestra vida trabajo y dinero.

– La vela verde simboliza la esperanza.

En la religión cristiana las velas nos recuerdan al momento en que la Virgen María da a luz al Niño Jesús.

En tradiciones consideradas paganas, las velas representan la victoria de la luz frente a la oscuridad, del bien frente al mal.

Otros adornos navideños

Existen otros adornos tradicionales de gran valor simbólico que decoran puertas, árboles o mesas navideñas.

Entre ellos, podemos mencionar los centros de mesa, las piñas, las campanas, las coronas, el espumillón, el muérdago y los calcetines navideños. Todos simbolizan la esperanza, la unión, la purificación del hogar, el amor, la felicidad y la salud.

Las campanas navideñas, por ejemplo, representan el mensaje de alegría propio de la Navidad. Antiguamente, se colocaban para ahuyentar los malos espíritus.

En definitiva, son tantos y tan variados los adornos de Navidad, que el único límite para la decoración es nuestra imaginación. Al fin y al cabo, lo único importante es vivir rodeados de seres queridos y transmitirles a través del espíritu navideño, virtudes tan indispensables como el amor y la caridad.

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